06-11-2022. Durante la última semana de octubre, el alumnado de Artes Escénicas se ha encargado de preparar varias actuaciones para todo el centro para celebrar el Día de los Difuntos o Halloween.
En primer lugar, el grupo de 4º de ESO, dirigido por su profesora Lydia Carrillo, ha representado una obra de creación propia, Virus o muerte, en la que han reflexionado sobre lo vivido durante la pandemia y han hecho un emotivo homenaje a todas las víctimas del COVID. Su primera obra sobre el escenario ha sido todo un éxito, por lo que esperamos sus siguientes intervenciones.
En segundo lugar, el grupo de Artes Escénicas de 2º de bachillerato C preparó lo que -en apariencia- era una inocente exposición sobre arquitectura medieval, en la que se revelaba que nuestro centro había sido construido sobre las ruinas de una antigua iglesia en la que se habían celebrado rituales satánicos, por lo que había sido quemada siglos ha. Este descubrimiento, que no debía haber sido sacado a la luz, habría originado el alzamiento de los antiguos monjes que tenían como misión silenciar a todo aquel que hubiera escuchado el secreto, celebrando nuevos rituales satánicos. La efectividad del espectáculo se debió a la calidad del vídeo preparado para la actuación.
El alumnado de 1º de bachillerato preparó una performance durante el recreo. Comenzaba esta con una procesión por los pasillos del centro por parte de un grupo de monjes que entonaban el canto gregoriano Dies irae. Al salir al patio, llevaban a dos chicas en brazos que iban a ser sacrificadas en un ritual que se iba a celebrar en el centro de la pista, donde ya esperaba otro grupo de monjes.
Sin embargo, algo debió salir mal porque a un cierto punto, todos cayeron fulminados al suelo, incorporándose ya como zombis que, transformados, comenzaban a bailar al ritmo del mítico Thriller, de Mickael Jackson. Sin duda, realizaron un trabajo coreográfico estupendo que animó a todo el público.
Por último, la actividad más elaborada correspondió al grupo de 2º de bachillerato D: un espectáculo ecléctico que combinaba pasaje del terror, teatro inmersivo y escape room.
El público asistente debía recorrer seis salas de un psiquiátrico infantil en el que se experimentaba con niños, sin saber que las personas asistentes no eran meros espectadores sino que iban a ser secuestradas para realizar con ellas nuevos experimentos, a menos que lograran escapar del centro. Ha sido una actividad bien trabajada tanto desde el punto de vista de la escenografía como de la caracterización del alumnado, que consiguió asustar al público asistente y hacer que pasaran un rato terrorífico.
María del Mar Enríquez. Profesora de Lengua castellana